Este Domingo se celebra el día mundial del árbol, un día como este merece la pena pararse a reflexionar unos minutos sobre los árboles, esos seres vivos protectores de la atmósfera, del suelo y de las aguas, abrigo de pájaros y pantalla contra el viento y el polvo que no pueden mudar de lugar de forma voluntaria, pero que día a día son víctimas de la acción del hombre sobre la naturaleza.

El Día del Árbol es un recordatorio de la importancia de proteger las superficies arboladas. Día en el que se moviliza la sociedad para hacer homenaje a algo que forma parte de nuestras vidas pero que tendemos a olvidar y a tratar como si fuera un mero objeto más del urbanismo que nos rodea. Colegios y asociaciones se movilizan creando eventos de diferente índole como plantar un árbol, limpiar bosques, realización de actividades familiares en la naturaleza que permitan descubrir las características de los árboles o cosas tan sencillas como simplemente visitar un parque. Son iniciativas que ayudan a educar a la sociedad desde la raíz del origen, inculcando buenas prácticas a futuras generaciones que serán las que nos sustituyan en los años venideros.

No obstante convendría recordar su importancia no sólo en el día que se celebra, si no siendo conscientes cada día de la importancia de preservar estos seres inmóviles ya que los árboles son indispensables para el funcionamiento de la vida tal y como la concebimos. Son los responsables directos del oxígeno que respiramos y de muchos de los alimentos que comemos. De ellos se extraen tanto sustancias curativas y medicinas como letales venenos. Muchos de los vestidos que nos protegen del frío, de los jabones que nos limpian, de las pinturas que decoran nuestro hogar o de los numerosos productos con que se abastece la industria tienen un origen en los vegetales. Sujetan la tierra y la defienden contra los factores erosivos de la naturaleza, como la lluvia y el viento. Nos pueden proporcionan sombra, cobijo y belleza. La vida en la Tierra no sería lo mismo sin la presencia de las plantas.

Y con una gran frase de John F. Kennedy espero que reflexionéis, aunque sólo sea hoy, de la importancia de cuidar el entorno que nos rodea.

«Los árboles son poemas que la Tierra escribe en el cielo. Los cortamos y los convertimos en papel, para poder dejar constancia de nuestro vacío.»